Blu d’Alpe
Este queso lo elabora la Cooperativa La Poiana en Castelmagno, una localidad italiana de la provincia de Cuneo, en la región de Piamonte.
La Cooperativa La Poiana se fundó en 1982 con el propósito específico de dar a conocer y proteger los productos del Valle de Grana, en primer lugar su queso más emblemático el Castelmagno, un queso con denominación de origen, que extiende su fama más allá del valle que lo produce.
El Valle de Grana es sinónimo de naturaleza y gastronomía. Sus pueblos forman parte del llamado “país occitano” italiano y conservan lengua y tradiciones que la gente cree son exclusivas de la Occitania francesa. Uno de los sitios más espectaculares es Castelmagno y su santuario en las cimas alpinas, en donde la carretera termina mucho antes de la frontera con Francia.
Todos los socios de la Cooperativa La Poiana son productores artesanos de alto perfil, que trabajan respetando la tradición, el territorio y la calidad, características que consideran fundamentales, y que hacen posible que su catálogo presente más de 50 quesos diferentes, que cuentan historias de diferentes pueblos y diferentes tierras. Se trata de una realidad única en su género, cada vez más apreciada por sus clientes en toda Italia. Precisamente para atender sus peticiones, nació la idea de conjugar la tradición milenaria a la que siguen siendo fieles, con la innovación de la venta online, que permitirá disponer en poco tiempo de productos que hunden sus raíces en el pasado.
Precisamente esa idea de conjugar la tradición con la modernidad les ha llevado a crear nuevos quesos, más aptos para un mercado curioso, joven, de moda, intentando siempre potenciar los territorios de los que vienen, juntando su experiencia con productos locales. De estas premisas han nacido quesos que desde el principio han obtenido la aprobación del público, como este Blu d’Alpe, queso azul elaborado con leche pasteurizada de vaca. Está perforado con agujas para abrir canales de aire y así permitir que el oxigeno penetre en el interior y proliferen las vetas y manchas azul verdosas de penicillium roqueforti, que se distribuyen sin uniformidad alguna por la pasta.
El Blu d’Alpe combina la nobleza del queso azul con la rareza y la gran riqueza gustativa del queso alpino. Bajo su corteza florida de moho blanco aterciopelado, la pasta es blanda, agradablemente dúctil al paladar, y el sabor complejo y envolvente. En el interior, un difuso y delicado veteado azul va acompañado de una ligera y agradable nota especiada y picante y una extraordinaria complejidad aromática.
Este queso se comercializa en forma cilíndrica con un peso de 2,5 – 3 kg. Corteza no comestible.
Si todos los quesos es importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, disfruté de este queso untando sobre una rebanada de pan crujiente o desmenuzado en ensaladas, funde muy bien en sopas y salsas.
Las persuasivas notas de moho noble combinan a la perfección con vinos blancos envejecidos en «barricas» y vinos de meditación no excesivamente alcohólicos, dependiendo de cómo se consuma (solo o al final de una comida).