Bleu du Laudon

Este queso lo elabora Johann Bocquet en La Ferme du Ponant, granja situada en La Chapelle-Saint-Maurice, una población francesa en el departamento de Alta Saboya de la región de Auvernia-Ródano-Alpes.
Bocquet, un joven agricultor de Annecy, está revolucionando los códigos de la economía del queso al crear nuevos productos, que inventa él mismo con un mínimo de inversión.
Se necesita imaginación, audacia, pericia y un toque de insolencia. Tiene estos rasgos: Johann Bocquet, de 32 años, acaba de asumir la dirección de la granja Ponant, que está situada en el macizo de Bauges, cerca del lago de Annecy. Los Bouvet, agricultores de la zona desde hace varias generaciones, siguen siendo los propietarios de la explotación, mientras que él aporta un viento fresco a los prados de Bauges.
Johann nació y creció en un universo alrededor de la granja. Por eso, naturalmente, se hizo cargo de la granja de Ponant en 2018 para que no se perdieran los conocimientos. Efectivamente, antes el pueblo estaba lleno de granjas, ahora solo hay tres. Hay unas 15 vacas en su granja y pastan en verano.
La leche se recoge y se transforma en el mismo lugar donde se hacen los quesos.
¡No es fácil hacer queso! Se necesita una buena organización, madrugar y ser apasionado. Ser granjero significa tener días en el mismo ritmo que los de tus vacas.
En un mercado casi saturado, por los inevitables Reblochon y Tomme de Savoie, Johann apostó por un nuevo queso, que acaba de lanzar: el Bleu du Laudon. «Hice un estudio de mercado, con mayoristas y tiendas. Así surgió la idea de hacer un queso azul».
El Bleu du Laudon, es un queso “fermier” (de granja), de pasta azul con corteza natural, elaborado con leche cruda de vaca.
El Bleu du Laudon tiene una pasta de color blanco a marfil. Los mohos azul verdosos que componen este último lo hacen especial.
Es un queso con sabor salado, potente y persistente en boca, ligero olor a moho y una textura fundente que se deshace en la boca.
Tiene forma cilíndrica, con un diámetro de unos 20 cm y una altura de 8 a 10 cm.
Si todos los quesos es importante consumirlos a temperatura ambiente, en este es imprescindible, si quiere saborear toda su fragancia de matices. Una vez llevado a la temperatura adecuada, su textura es suficientemente suave para untar en tostadas, pero a la vez suficiente desmenuzable para usar en ensaladas de verduras y también para acompañarlo con frutas frescas (peras o fresas) y frutos secos (nueces o avellanas).
Lo maridaremos con un vino tinto tranquilo de proximidad, como un Mondeuse de Savoie.