Queso elaborado por la Fromagerie-Laiterie Pont-la-Ville situada en la población del mismo nombre en el cantón de Friburgo.
Encaramada en las estribaciones de La Combert (1082 metros), la lechería de Pont-la-Ville se encuentra frente al Moléson (2.002 metros) y domina el lago de la Gruyère. Al frente desde 1996, después de haber trabajado cinco años como obrero, Pierre-Alain Uldry, maestro quesero, transforma cada año más de 2.000.000 de kilos de leche, entregados por 14 productores procedentes de un radio de 3 kilómetros alrededor de la quesería. Desde el principio, pudo contar con el apoyo de su familia: su mujer Chantal se ocupa de la tienda contigua y, después de su Certificado Federal y una corta estancia en Sarine, su hijo Maxime, hoy también maestro quesero, se les unió en la producción. La familia Uldry también ha formado a más de 15 aprendices a lo largo de todos estos años.
La gama de productos es amplia y se ha beneficiado desde hace varios años de la etiqueta “Certified Terroir Fribourg”: su producto estrella es el Gruyère AOP, por supuesto, que ha sido premiado en numerosas ocasiones por la Interprofesión con medallas de oro y plata, pero también el Vacherin Fribourgeois AOP, de la fondue, de la auténtica Crème de la Gruyère, yogures y… este ¡Bleu de la Gruyère!
Esta especialidad de pasta semidura y moho azul, se la debe a Maxime, que la creó con la ayuda de su padre durante un curso de preparación para la Patente Federal en Grangeneuve. El protocolo muy preciso que siguió en este contexto le permitió dar forma a un producto fino, de alta calidad, con un lado típico pero muy suave que refleja el carácter de los verdaderos Gruyèranos!
El Bleu de la Gruyère, es uno de los quesos azules menos conocidos. Estas ruedas están hechas de la misma rica leche cruda de vaca alpina que se utiliza para hacer los famosos quesos Gruyère.
Le Bleu de la Gruyère es un queso azul de consistencia semidura. Su pasta es untuosa de color blanco a marfil y está surcada de forma irregular por vetas de moho azul. Su sabor es dulce terroso y de nuez, es fuerte pero no abrumador y con un ligero amargor al final.
Muy apreciado por los lugareños, el Bleu de la Gruyère deleita también los paladares de mucha otra gente que no es del lugar, ya que una asociación con un mayorista le permite ser distribuido en cerca de 50 puntos de venta en la Suiza francesa. ¡Ahora se encuentra en el carro de quesos de algunos prestigiosos restaurantes!
Para degustar toda la riqueza de sabores se recomienda el consumo a temperatura ambiente.
El Bleu de la Gruyère puede servirse en una tabla de quesos, como aperitivo, untado sobre una tostada, desgranado en una ensalada de otoño con peras locales o manzanas y nueces caramelizadas y para preparar todo tipo de salsas. En cocina para cubrir un bistec chisporroteante, o rellenar una pechuga de pollo. Marida muy bien con un Chenin Blanc de aromas florales y frutales, aunque también se acompaña maravillosamente con un vino espumoso, tipo Cava o Champagne.