Barnstorm Blue
El Barden Blue nace de la colaboración de dos grandes empresas estadounidenses del mundo de los quesos, la madre de la criatura y con quien da sus primeros pasos es la quesería artesanal Jasper Hill Farm, situada en Greensboro, Vermont, y quien lo ha criado y hecho crecer son los expertos afinadores de Murray’s Cheese que envejecen y maduran este queso en sus cuevas de Long Island City en Queens, Nueva York.
Jasper Hill Farm, operada por los hermanos Andy y Mateo Kehler compraron un terreno en 1999 conocido localmente en Greensboro como «la granja Jasper Hill», llamada así por un dueño anterior llamado Jasper Hill. Los Kehler comenzaron a vender queso bajo la marca Jasper Hill Farm en 2003.
Murray’s Cheese Caves construyeron sus cuevas para mejorar la calidad de sus productos, así como para honrar el oficio de los queseros de todo el mundo. La práctica de madurar queso, conocida en francés como «affinage», era relativamente rara en Estados Unidos cuando erigieron su primer conjunto de cuevas en 2004.
El Barnstorm Blue comienza en Jasper Hill Farm, donde forman cuajadas de leche cruda de vaca en cubos inoculados con Penicillium roqueforti.
Los queseros perforan los cubos con agujas para dejar entrar el oxígeno, lo que permite que crezcan las vetas de moho azul. Luego, el queso pasa dos meses madurando en un ambiente frío en Jasper Hill.
Cuando el Barnstorm Blue llega a Murray’s Caves en Long Island City, el equipo de Murray’s lo madura en un ambiente más cálido (su Cueva Alpina) durante otros dos meses, lavándolo periódicamente en una cerveza malteada de Focal Point Beer Co.
Lavar el queso con regularidad ayuda a que desarrolle una corteza pegajosa de color coral, un sello distintivo de los quesos de corteza lavada.
El Barnstorm Blue tiene un toque de olor a corteza lavada en la corteza, pero se equilibra con la dulzura tostada de las notas de cacao con un toque de umami salado de este queso. Es desmenuzable pero mantecoso en el paladar.
El Barnstorm Blue recibió la medalla de plata como «Mejor queso americano» en los World Cheese Awards del 2024.
Este queso sin duda debe reservarse para el final en una tabla de quesos, puesto que su retrogusto permanece en el paladar mucho después de que el queso se haya terminado. Su perfil de sabor hace que sea una buena opción para trocear sobre una ensalada o fundido en una hamburguesa, también sobre una rebanada de pan de centeno, con una mermelada de higos. El compañero ideal para este queso sin duda es la cerveza con la que se ha lavado o en su defecto cualquier otra cerveza malteada.