Àvid
Queso elaborado por Dolors Calmet y Jordi Pujades de la quesería La Cleda, ubicada en Canovelles, un lugar privilegiado donde su propio rebaño de ovejas es cuidado y vive alejado del ruido y el estruendo de la ciudad. La quesería, también en Canovelles, es la parada final de la leche de oveja para acabar transformándose en un queso, un yogur o simplemente en leche pasteurizada.
Del amor por su entorno y su tierra nace el proyecto de La Cleda, una pequeña quesería dedicada a la elaboración de yogures y quesos de oveja de forma totalmente artesanal.
Las manos expertas de Xavi cuidan del rebaño propio de unas 400 ovejas de raza Assaff, cuidando su alimentación y garantizando la calidad de su leche. Precisamente con esta leche de oveja es con la que obtienen los excelentes productos que podrás descubrir.
En la quesería, las fuertes manos de la Dolors y Jordi se encargan de transformar y dar forma a esta leche para elaborar sus quesos.
En definitiva, esto es La Cleda, un montón de manos que se unen día a día para ofrecer los mejores quesos y yogures de oveja de calidad y que sorprendan a quienes los degustan.
En La Cleda elaboran un queso singular y delicioso que se llama Àvid (Ávido en español). La característica que lo hace diferente es su cuajada mixta, una técnica poco habitual en quesos madurados de pasta prensada. El Àvid es un queso elaborado con leche pasteurizada de oveja, de cuajada mixta, más ácida o láctea que enzimática, de pasta semi prensada, corteza natural florida con una maduración de 3 a 4 semanas.
Se presenta en pequeñas piezas de forma cilíndrica de un peso de 350 gr. Su aspecto lo define el moho de la corteza que también le otorga unos aromas de humedad que nos recuerdan las bodegas subterráneas. La pasta es de color amarillento pálido, de aspecto compacto y aromas lácteos intensos, de mantequilla salada acompañadas de notas de hierbas aromáticas. En boca, nos ofrece una textura densa y cremosa, de tacto adherente, con un conjunto aromático donde los gustos lácteos van acompañados de las notas que le aporta el moho de la corteza y de recuerdos de sotobosque, con un final ligeramente ácido y sutilmente picante.
Este queso obtuvo la Medalla de Bronce en el World Cheese Awards 2017. También consiguió la Medalla de Oro en el Lactium 2021 en la categoría de pastas ácidas de oveja.
Para degustar toda la riqueza de sabores se recomienda el consumo a temperatura ambiente. Una vez llevado a la temperatura adecuada, es perfecto para tomar solo o con pan acompañado de frutos secos (almendras, nueces) y frutas frescas, como fresas, también combina de forma maravillosa calentado sobre ensaladas, en sopas o para espesar las salsas. Y por supuesto será un excelente complemento en una tabla de quesos.
Las características del Àvid, y en especial su sabor ácido, piden un vino con una acidez que supere la del queso, para respetar uno de los principios básicos de la teoría del maridaje de vinos y alimentos que dice que la acidez del alimento siempre ha de ser inferior a la del vino. Los vinos elaborados con cariñena blanca, una variedad autóctona y muy desconocida de la zona del Empordà, serían unos candidatos perfectos para acompañar este queso. También podríamos elegir vinos blancos jóvenes elaborados con malvasía de Sitges.
Fuentes consultadas: La Cleda – Vadegust