Aschenputtel (Cenicienta)
Queso elaborado en Oberwil bei Büren, una pequeña población suiza situada en el distrito administrativo del Seeland, en el cantón de Berna.
El maestro quesero de larga trayectoria Jakob Beer y su esposa Ruth traspasaron en mayo del 2022 la dirección de la quesería de Oberwil después de más de 30 años, a su empleado Oskar Häni. Oskar Häni es un tecnólogo con formación de Técnico Superior y está deseando continuar con las tradiciones y desarrollarlas allí donde tenga sentido. Oskar valora la calidad y la selección de la leche que compra, tiene 35 años, dos hijos y vive en Oberwil.
Actualmente la quesería lleva el nombre «Käserei Oberwil Oskar Häni».
El Aschenputtel, es un delicioso queso de leche cruda de vaca, con apariencia de mármol, que se crea frotando en seco la superficie con sal marina de Chipre ennegrecida con ceniza vegetal. El resultado es una corteza dura que cubre los sabores a nuez, salado y ligeramente dulce de la crema y la hierba que aparecen en la pasta.
¿A quién no le gusta la historia de «Cenicienta», o «Aschenputtel» como se llama en alemán?. El queso Cenicienta se relaciona muy de cerca con la historia del cuento de hadas: Por mucho que el polvo de las alfombras y el incesante trabajo duro la hagan parecer una sirvienta cubierta de cenizas a la que llaman despectivamente Cenicienta, nada de eso consigue esconder la belleza de la muchacha.
Con el queso ocurre lo mismo, la corteza negruzca grisácea no es para nada desagradable, y atrae la atención de todo el que la mira. Y una vez que tienes la oportunidad de conocerlo, la historia de amor crece. En primer lugar, el curioso interior, con una pasta que muestra pequeños agujeros dispersos al azar y manchas negro-azuladas que te hacen preguntar “¿Es un azul?” cuando en realidad esas manchas son cristales de sal: Sal marina de la isla de Chipre ennegrecida con ceniza vegetal.
Pero la mayor revelación llega cuando te metes un trozo en la boca. Cómo puede una pieza tan quebradiza ser tan suave, derretirse en tu paladar, liberar sabores lácteos y un potente golpe salado al final. No hace falta encontrar el segundo zapato de cristal para darse cuenta de que se trata de una reina.
El queso se comercializa en forma de cilindro de 15 cm de alto, 10 cm de diámetro, y 1,8 kg de peso, y también en forma rueda redonda plana de 5,5 kg.
Se recomienda consumirlo a temperatura ambiente. El Aschenputtel sin duda pondrá una nota de color a una tabla de quesos, o puede disfrutar de él con un buen pan crujiente. Con frutos secos y frutas. Acompañado con una cerveza ligera, como una lager o una cerveza de trigo, equilibra este dulce salino.